miércoles, 16 de mayo de 2012

DULCES SUEÑOS



MARYLIN MANSON.SWEET DREAMS
Leo "La Amada Inmóvil" de Amado Nervo en este mismo momento. Un libro pequeño, rojo, al lado del teclado, abierto por la página 126 donde leo el final de un poema que se llama Por miedo : "Y preferí, no vivir/que no es vida la presente/ sino acabar lentamente/ lentamente, de morir."
La Amada Inmóvil salió a mi encuentro ayer por la mañana, cuando paseaba aburrido entre los viejos estantes de la biblioteca municipal. Tenía tiempo por delante y empecé a hojear algunos ensayos políticos y otras cosas parecidas, incluso me dio tiempo a leer el primer capítulo de una autobiografía de Bob Dylan. Perdido entre diferentes títulos de Neruda, estaba este libro rojo de tapa dura que ahora leo y que, en ese momento, creí de autoría del poeta chileno. Me impactó el título interior, "La Amada Inmóvil. Versos a una muerta" y aún todavía más la historia que se contaba en su prólogo y su dedicatoria. Sin dudarlo, lo cogí en préstamo y salí al calor de la plaza y al ruido de las campanas de la iglesia adyacente, me senté y empecé a leer.
Ayer era 15M y yo estuve en la celebración que se hizo por la tarde en mi ciudad; un año ya de aquella manifestación a la que fui pensando que seríamos 20 ó 30, y acabamos juntándonos más de 2.000 personas. Creo que poco puedo aportar a todo lo que se ha dicho sobre el movimiento de los indignados, tampoco me importa mucho, los hechos ahí están a pesar de portadas fascistas como las de Paco Marhuenda en La Razón, al que directamente me gustaría encontrarme para golpearle. Poco también se puede decir de la represión y la brutalidad policial, si cuestionas el sistema este se defiende con todo su músculo, es algo esperable y hasta deseable quizás, tal vez si cambiar un sistema injusto fuera más fácil, cabría preguntarse que se está haciendo mal. Tampoco me interesan ya, todos esos que por comodidad o por interés, se mantienen al margen y pretenden vivir como si nada fuera con ellos, con esa prepotencia que les da la seguridad de no mojarse nunca (no siginificarse, como decían nuestros padres), y poder bailar igual con Dios que con el Diablo, eso ya lo explicó mejor Antonio Gramsci en su Odio a los Indiferentes. Siempre pasó, hay gente que nunca quiere enterarse de nada. Recuerdo un profesor de economía política que estuvo en Nicaragua en los 80, cuando lo de la Contra, y como me contaba que en Managua, la gente salía a cenar y a bailar por las noches, mientras a escasos kilómetros caían bombas financiadas por la CIA y morían por decenas, campesinos hambrientos y sandinistas desarmados. Siempre pasó, hay malnacidos que sólo saben cerrar los ojos para que nada perturbe sus dulces sueños.
Quizás por eso, la tristeza de La Amada Inmóvil me conmueve tanto. Conozco poco la biografía de Amado Nervo (no me apetece tirar de Wikipedia) pero lo imagino, si todavía viviera, en pleno 15M empuñando un megáfono y retando a la policía; alguien que escribe con tanta pasión y tanto dolor por la ausencia de un ser querido, jamás podría cerrar los ojos para que nada perturbara sus dulces sueños.
La Amada Inmóvil se publicó una vez muerto el poeta mexicano y junto con el manuscrito de la obra, se encontró un sobre con el título "Días memorablemente tristes", en cuyo interior se hallaban las hojas de un almanaque, desde el 17 diciembre de 1911 hasta el 8 de enero de 1912, donde se narraban desde el primer hasta el último día, la enfermedad de su mujer y posterior fallecimiento. Especialmente desgarradora es la inscripción del día 17: "Último domingo que anduve con Anita en la calle". Al día siguiente cae enferma y el escritor va anotando todos los días los pormenores de su evolución (en la mayoría, sólo anota "grave" o "enferma") hasta llegar al sábado 6 que escribe: "Noche de agonía. La más espantosa de mi vida", para acabar certificando su muerte en los días posteriores.
Sentado en la plaza, leo la dedicatoria: "EN MEMORIA DE ANA. Encontrada en el camino de la vida el 31 de Agosto de 1901. Perdida - ¿para siempre?- el 7 de Enero de 1912" y me estremezco al leer ese interrogante. La esperanza, pienso, necesitamos una esperanza. ¿Para siempre? me pregunto yo entonces: perdida ¿para siempre?; y me levanto y comienzo a andar con la seguridad que da la incerteza de este mundo, con todo el dolor de "La Amada Inmóvil" reforzando la esperanza, y con la lacerante convicción de que jamás podré cerrar los ojos para que nada perturbe mis dulces sueños.

"Sweet dreams are made of this
Who am I to disagree?
Travel the world and the seven seas
Everybody's looking for something
Some of them want to use you
Some of them want to get used by you
Some of them want to abuse you
Some of them want to be abused "

No hay comentarios:

Publicar un comentario