viernes, 5 de febrero de 2010

CELEBRACIÓN DE LA CONTRADICCIÓN


NICK CAVE. INTO MY ARMS


Celebro la contradicción y me siento a escribir en este blog después de mucho tiempo.
Celebro el hecho de no olvidar, de seguir pensando en lo imposible cuando todo es posible, es decir, que un país entero se vaya a la mierda, que millones de euros florezcan de la nada para ir en su ayuda y que en sus fronteras las bajas pasiones trafiquen hasta con la miseria mientras las comisiones de la vergüenza, pidan perdón tras justificar su inevitable contradicción.
Celebro la atroz ocurrencia de querer llegar a viejo aún cuando nos quieran hacer currar hasta el infinito, aún cuando pretendan abaratar nuestros despidos (más?) y moderar nuestros salarios (más?) en pos de un estado más productivo y solvente (???), aún cuando se inventen alergias, pandemias, vacunas y recetas para mejorar el confort del ciudadano felizmente septuagenario, aún cuando hagan del amor un trasunto del miedo, una trinchera desde donde defender esta apacible autopista de pago por la que corremos como pollos sin cabeza, como el conejo del país de las maravillas de Alicia, sin dudar, respetando todas y cada una de las señales de peligro del viaje.
Celebro la poquedad del ser humano, su insignificancia ante tanto atropello, su desdichada estatura frente a los grandes titulares, esos que incendian el cielo para estallar en el suelo segundos después arrasando cualquier indicio de diferencia, de verdad, de vida al fin y al cabo.
Y celebro el humo que tú y yo respiraremos como verdaderos delincuentes, disidentes en un mundo impoluto, aséptico como un hospital, un universo blanco y finito lleno de carteles que piden silencio, donde la esperanza será lo que nunca tuvo que dejar de ser, una música cifrada y clandestina que tocarán las orquestas prohibidas en las esquinas por las que no se atreverá a pasar nadie

Roberto Iniesta decía en sus conciertos que le gustaba ser contradictorio, así cuando se equivocaba simpre tenía la razón; el maestro Galeano, menos macarra sin duda, lo dijo mejor en su celebración de la contradicción/2:
"De los miedos nacen los corajes; y de las dudas, las certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible y los delirios, otra razón.
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una pieza de museo, quietecita en la vitrina, sino la siempre asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día.
En esa fe, fugitiva, creo. Me resulta la única fe digna de confianza, por lo mucho que se parece al bicho humano, jodido pero sagrado, y a la loca aventura de vivir en el mundo."

Y como estos días no he parado de escuchar esta maravillosa y triste y contradictoria canción de amor de Nick cave, transcribo parte de su letra y me permito traducirla:
"I don't believe in an interventionist God
But I know, darling, that you do
But if I did I would kneel down and ask Him
Not to intervene when it came to you
Not to touch a hair on your head
To leave you as you are
And if He felt He had to direct you
Then direct you into my arms
Into my arms, O Lord
Into my arms, O Lord
Into my arms, O Lord
Into my arms"
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Yo no creo en un Dios intervencionista
aunque sé, cariño, que tu lo haces
Pero si lo hiciera, me arrodillaría y Le pediría
Que no interviniera en lo concerniente a ti,
Que no tocara un pelo de la cabeza,
Que te dejara tal como eres
Y si sintiera que tiene que dirigirte,
entonces que te dirigiera a mis brazos
A mis brazos, oh Señor
A mis brazos, oh Señor
A mis brazos,
oh Señor
A mis brazos