viernes, 1 de octubre de 2010

PARAD LOS RELOJES

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MANIC STREET PREACHERS. A DESIGN FOR LIFE


Se me paró el reloj -esto es absolutamente cierto- el día 29 de Septiembre a las 7 de la tarde, la hora en que comenzaba la manifestación de la huelga general convocada por los sindicatos.
Nunca he sabido ir sin reloj. Lo reconozco, soy un esclavo del tiempo, los horarios, la puntualidad. No recuerdo cuando tuve el primero, pero hasta donde mi memoria alcanza, siempre me veo con la muñeca izquierda ligeramente alzada para comprobar que hora marcaban esas dos agujas de metal, si llegaba a tiempo, si podía esperar un poquito más, si aún tenía margen para seguir durmiendo.
Todas las cosas importantes de mi vida han sucedido un segundo antes o un segundo despúes de echar un vistazo al reloj: el primer beso, la nota de aquel examen, el día que me detuvieron o la noche que ella apareció en el restaurante; siempre quise apuntarlas, tener una especie de memento horario que me recordara cuándo pasó cada cosa pero, claro, quién quiere ir cargado con papel y boli a todos los sitios...
El caso, y como decía, es que se me paró el reloj a las 7 de la tarde y todavía no fui a cambiar la pila. Es curioso el carácter simbólico o la importancia que adquieren ciertos hechos aparentemente intranscendentes o accidentales que luego pasan a ser todo un descubrimiento ("serendipia" creo que es el término que más o menos define esta situación): la manzana de Einstein o el principio de Arquímedes son algunos de los más famosos, pero suele pasarles mucho, según tengo entendido, a los músicos y a los pintores, ya se sabe que la inspiración puede aparecer de la forma más inesperada...
En fin, como escribí más arriba, todavía no cambié la pila y llevo dos días con mi reloj marcando las 7 de la tarde. A esa hora, mientras mi novia le pedía una bandera a una voluntaria de CCOO y un chaval con camiseta de la CNT me entregaba una octavilla revolucionaria, la Democracia exhalaba sus últimos estertores. La Agencia Moody's iba a rebajar al día siguiente la calificación de la deuda española (por la mañana, todos los periódicos ya lo anunciaban a bombo y platillo), la policía ya tenía las cifras de detenidos y la cuantía de los daños causados, la Red Eléctrica Española anunciaba que el descenso de consumo de energía era bastante inferior al de la huelga general anterior y el FMI llamaba a ZP para que siguiera recortando el gasto social después del fracaso de los Sindicatos. La manifestación echó a andar por las calles y yo no tardé ni diez minutos en darme cuenta que el tiempo se había parado inexorablemente. De repente, todo tenía sentido: las pensiones se congelan sin preguntar a sus futuros beneficiarios (o sea, los trabajadores), los recortes laborales se aprueban en contra de un programa político votado por los ciudadanos y la reforma fiscal se pergeña al margen de los derechos constitucionales aprobados en referéndum por el pueblo, ¿que significaba todo esto?
Cuando la manifestación llegaba a su fin, yo ya era consciente que todo estaba escrito de antemano. Si al menos supiera el nombre del presidente del Banco Europeo o pudiera ver la cara del de la Agencia Moody's... en fin... ya que no los había votado, por lo menos tener la oportunidad, si me los encontrara en algún bar o en la sala de embarque de algún aeropuerto de decirles, eso sí, educadamente, gracias por lo que haces conmigo, yo no hubiera sabido hacerlo peor.
La cuestión es que a pesar de todo, miré por última vez mi reloj parado y estuve a punto de coger el megáfono de una señora con cara de malas pulgas y peto de la UGT, e instar a todos los manifestantes a que pararan sus relojes mientras recitábamos juntos el famoso poema de W.H. Auden, en honor a la muerte de la Democracia:

"Parad los relojes y desconectad el teléfono,

dadle un hueso jugoso al perro para que no ladre,

haced callar a los pianos, tocad tambores con sordina,

sacad el ataúd y llamad a las plañideras.

Que los aviones den vueltas en señal de luto

y escriban en el cielo el mensaje “Él ha muerto”,

ponedles crespones en el cuello a las palomas callejeras,

que los agentes de tráfico lleven guantes negros de algodón. "

A pesar de todo, y cuando ya la manifestación había finalizado y nos diseminábamos por las calles cada uno camino de su casa, yo seguía mirando incesantemente mi reloj parado. Algunos comercios seguían abiertos, algunos policías seguían defendiendo el pan de los jefes, algunos consumidores seguían consumiendo y fue entonces cuando definitivamente decidí no cambiar la pila a mi reloj, mientras me repetía a mí mismo aquella cita de Bertolt Brecht que tantos años atrás se había introducido en mi cabeza con una fuerza imborrable:

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."

Yo quería escoger mi vida, crear algo propio, algo que me llenara como persona y ciudadano, y resulta que la diseñan unos tipos con agencias calificadoras, fondos monetarios y bancos privados sin pedirme opinión ninguna, tanto si me gusta como si no. Es como en la canción de los geniales Manic Street Preachers: "Nosotros no hablamos de amor/sólo queremos estar borrachos/Y no nos está permitido difundir/cómo nos contaron que éste era el fin". No compraré la pila, que siga parado mi reloj, ya nada más importante sucederá en un segundo.


We don´t talk about love
We only want to get drunk
And we are not allowed to spend
As we are told that this is the end

A design for life
A design for life

miércoles, 22 de septiembre de 2010

FUTURO



PACO IBAÑEZ. LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

FUTURO:"Lo que puede suceder o no"
POESÍA:"Idealidad, lirismo, cualidad que suscita un sentimiento hondo de belleza, manifiesta o no por medio del lenguaje."
ARMA:"Instrumento, medio o máquina destinados a atacar o a defenderse"

"Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos. "

GABRIEL CELAYA

lunes, 20 de septiembre de 2010

A LA MIERDA, GILIPOLLAS

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LA POLLA RECORDS. ELLOS DICEN MIERDA

He estado a punto de volverme loco. Se acerca el 29-S, fecha de la huelga general convocada por los sindicatos, y mis neuronas han estado a punto de perder el control y la cordura.
He llegado a imaginar mi televisor con todos los canales desintonizados excepto Intereconomía y al quiosquero llamando a la puerta con mi ejemplar diario de “La Gaceta” en las manos. Extrañado, me he buscado en los bolsillos del pantalón y he encontrado la llave de un flamante mercedes coronada en un llavero con forma de gaviota, dos resguardos del Corte Inglés y una tarjeta de socio de honor de un club secreto para altos ejecutivos.
Pero eso no ha sido todo: el otro día, buscando en mi biblioteca un libro que acompañara un ponche exquisito, servido por la nueva mucama filipina (que contrató mi mujer después de expulsar de la finca a la sirvienta romaní), sólo encontré tratados sobre pádel, un compendio de resoluciones de la ONU pendientes de cumplir por Israel que abarcaba todo el frontal izquierdo, la última alucinación de Thomas Friedman, un manual de buenas maneras editado por el FMI y otro de Alfonso Ussía, una revisión de la guerra civil auspiciada por la fundación FAES y la joya de la corona, el libro que hizo de mí lo que soy hoy en día: “¿Quién se ha llevado mi queso?” de Spencer Johnson.
Y es que han sido unos días muy, muy raros. Días en los que realidad, ficción y pesadilla se han mezclado de tal manera, que ni yo mismo me reconocía al mirarme en el espejo. Hasta mis amigos ya no parecían los de antes: hablaban de trabajar doce horas diarias si era necesario por el bien de la empresa (“¡Hay que remar en la misma dirección! ¡Estamos todos en el mismo barco!”, llegó a exclamar uno de ellos con veleidades poéticas); utilizaban palabras como “cash”, “leasing” o “tea party”, se quejaban amargamente de la generación “nini”, de las líneas de crédito ICO, de las dificultades que tienen sus jefes para despedirlos, de las ganas de currar que tiene la genta a los 67 años y qué fíjate en Alemania o Francia, allí ya están saliendo de la crisis y aquí, con cinco millones de parados y nadie se echa a la calle.
En tal estado de locura y sin nada a lo que aferrarme, con el mundo que conocía totalmente vuelto del revés, cuando ya pensaba que Fernández Toxo y los liberados sindicales eran los opresores que coartaban mi floreciente liberalismo económico, y que Cándido Méndez y Cayo Lara eran los culpables de que mi yate no pudiera salir a navegar (con lo que cuesta un amarre en el puerto deportivo), se murió Labordeta y de repente volví a mi realidad, la realidad.
Se abarata y se subvenciona el despido, se congelan las pensiones, se flexibiliza la movilidad, se adelgaza la negociación colectiva centro a centro, se recorta gasto social, se pierde libertad, derechos, democracia, y se desnivelan aún más las diferencias entre trabajadores (sí, la parte más débil, la que siempre ha puesto el cuello cuando se necesita apretar la soga) y empresarios. Qué dirían mis abuelos y mis padres y tantos y tantos otros que lucharon y murieron para que nosotros tuviéramos algo, poquito, pero algo al fin y al cabo, un poquito que costó sudor, fuego y sufrimiento, algo que en el fondo es mucho, y que ahora nos quieren arrebatar por las buenas o por las malas, como siempre, con mentiras y periódicos, políticos y CEOE, para que encima pretendan que les aplaudamos.

El genial Labordeta tuvo una trayectoria intachable y una personalidad acorde con sus principios de izquierdas, lo que se dice “un tipo auténtico”. En la cámara del congreso, una vez mandó a la mierda a los diputados del partido popular, mientras hablaba desde la tribuna y éstos se mofaban de él y de su oficio de cantautor, recordándoles que Franco estaba muerto y que ahora, ni siquiera ellos podían impedirle hablar. Más recientemente, y otra vez desde las gradas populares, mientras hablaba, uno de ellos cerró el puño en un gesto violento, y el político aragonés le espetó que el puño cerrado lo llevaba él y con mucha dignidad, antes de describir magistralmente al incauto diputado conservador con un maravilloso: “gilipollas”.
Es por gente y cosas como ésta por las que yo sí saldré a la calle el día 29, saldré para gritar que yo sí elijo mi vida, que es para lo que me enseñaron y educaron, y para decirles a todos aquellos que me mirarán con condescendencia, superioridad y una sonrisa burlona: “A la mierda, gilipollas”

"Mogollón de gente vive tristemente
y van a morir democráticamente
y yo, y yo, y yo no quiero callarme
la moral prohíbe que nadie proteste
ellos dicen mierda nosotros amén
amén amén amenudo llueve"

martes, 17 de agosto de 2010

ELOGIO DE LA ESTUPIDEZ

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BLIND MELON. CHANGE

Despiértate temprano aunque trasnoches todos los días de la semana. Fuma todo lo que puedas y déjalo en unos años. Aprende a amar a tu ciudad y a su equipo de fúbol e invéntate otra idílica en la que nunca vivirás pero defenderás como a una madre. Búscate un trabajo que no te realice y que permita pagar las facturas, compra un televisor gigante y combínalo con la mecedora de la abuela. No vayas a veranear nunca a la playa. Drógate en la adolescencia y cuenta en todas las cenas posteriores aquella vez que te detuvo la policía. Elige tu canción favorita. Vota a las derechas y a las izquierdas y luego desengáñate del sistema y no votes nunca más. Defiende la belleza de los mercadillos y gástate el dinero en las tiendas de Amancio Ortega. Critica el cambio climático y argumenta la necesidad de la energía nuclear. Folla siempre menos de lo que digas. Acostúmbrate a beber con mesura y paladar, a distinguir las marcas de los calzoncillos, a respetar todas las opiniones menos la tuya. Hazte guitarrista de una banda de rock o machácate en el gimnasio tres veces por semana 4 horas al día. Créate un blog, un avatar y un grupo de fans de algún actor desconocido. Elige a tus amigos antes que ellos te encuentren, no te cases, no tengas hijos, o en cualquier caso, nunca más de dos. Admira a los fracasados y nunca olvides guardar los cupones de descuento del Carrefour. Escoge dos o tres mitos y discúlpalos cuando seas mayor. Viste a la moda, adquiere como mínimo un sombrero que nunca te pondrás, paga el seguro de autónomo con cara de malas pulgas, quítate la ropa de calle cuando llegues a casa. Escribe relatos, o poesía, o en todo caso mitifica a los artistas cuando vayas borracho y expliques con tristeza que siempre te faltó talento. Desengáñate de todo y al menos una vez en la vida baja a los infiernos. Deprímete por amor cuantas veces sea necesario, educa tu gusto por el cine, por los animales, por el deporte en general. Crece y madura, convéncete de la inevitabilidad de la muerte, de la interpretación de los sueños, de que España se rompe o de que el mundo sería otro si todos fueran como tú. Lee todos los periódicos, cojeen de la pierna que cojeen, aunque no pases de un mero vistazo a los titulares de su edición digital; fabrícate un criterio propio e inamovible, unos principios inquebrantables, una moral aglutinadora de todas las tendencias en boga. Aprende a respetar al enemigo y a explotar en soledad, a no mezclar la ropa blanca con la de color, a guardar confidencias y a ver a escondidas películas pornográficas. Y jamás muerdas la mano que te financia la comida a euribor más 1,25 o la que te enseña a tropezar más de dos veces en miles y miles de piedras iguales, o la que sujetará el puñal una vez aprendas a dar la espalda.
Y eso sí, quéjate, quéjate siempre, para mal o para peor, reclama tus derechos por escrito cuando no queden de ti ni los huesos y elogia la felicidad de tu estupidez cuando te acuerdes de aquella canción que siempre fue la favorita y que decía así:
"Hey, look at him! I'll never live that way
but that's okay
they're just afraid to change

lunes, 2 de agosto de 2010

RESISTIENDO EN EL MUNDO LIBRE




NEIL YOUNG & PEARL JAM. ROCKIN' IN THE FREE WORLD

Dicen que a John D. Rockefeller, el fundador de la todopoderosa Standard Oil y de una de las familias más ricas del planeta, le confeccionaban un periódico especial todos los días. A los 97 años de edad, a punto de morir, viejo y decrépito, este omnipotente anciano recibía todas las mañanas en su casa una edición del New York Times (su periódico favorito) totalmente falseada para hacerle más amable sus últimos días de vida. Dicho ejemplar sólo contenía noticias agradables y artículos optimistas: la cotización de su grupo empresarial no deja de crecer, el comunismo ha desaparecido en la Unión Soviética, el índice de criminalidad del estado se sitúa en su índice más bajo... todo para que el gran magnate del petróleo no sufriera más de lo necesario antes de dar sus últimas bocanadas de aire.

El señor Rockefeller había creado una gran imperio petrolífero gracias a su trabajo, valentía e iniciativa, pero también a las presiones y sobornos sobre distintos gobiernos, pactos y acuerdos al margen de la legalidad o prácticas empresariales que condenaban a la hambruna a muchos países del tercer mundo. Luchó encarnecidamente contra el comunismo para defender el mundo libre y consiguió ser el hombre más poderoso del mundo, un poder que necesitó de la mentira para irse a la tumba con la conciencia tranquila.

He seguido con detenimiento las noticias sobre la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. En el mundo libre, una iniciativa popular puede llevar a los representantes democráticos del pueblo a debatir sobre una determinada cuestión, a escuchar a todas las partes y a votar en conciencia, todo ello en la más absoluta libertad y respeto a las opiniones contrarias. El parlamento Catalán las prohibió y seguidamente, todas las corrientes de pensamiento y sus periódicos correspondientes corrieron a confeccionar un ejemplar especial para cada uno de sus lectores: Ataque a la libertad, Se rompe España, Paso atrás de la Democracia, etc.

En el mundo libre, uno tiene derecho a la seguridad y a defenderse de agresiones externas. La ley Arizona, permite expulsar a los inmigrantes sin papeles en 48 horas, encarcelarlos o pedirles la documentación sólo por su apariencia física; en Italia y Francia se les da 15 días y en España se les interna en los CIE (Centros de Internamiento para extranjeros), centros que no respetan el mínimo de salubridad y derechos según distintas ONG. Rápidamente los poderosos medios de comunicación se ponen a la tarea de confeccionar ejemplares únicos para sus lectores, esgrimiendo porcentajes alarmantes de aumento de criminalidad, paro, etc.

En el mundo libre, más concretamente en Latinoamérica, llevan años redactando periódicos exclusivos para los parias y muertos de hambre. Se les dice que hay que controlar la natalidad para no extender la pobreza, y se esgrimen datos contrastados y fiables, a pesar de ser una de las zonas del planeta más ricas en materias primas y con menos densidad de población que Francia, Bégica o Italia, por ejemplo. Venezuela y Bolivia quieren nacionalizar sus recursos y rápidamente las máquinas empiezan a trabajar: no tienen los medios ni los conocimientos, acuérdense de Chile con Allende o piensen en Cuba, esa islita comunista donde la gente cae desfallecida por las calles y los periódicos sólo cuentan mentiras para mantener a la gente contenta...

A veces sueño, en mi mundo libre, que soy tan poderoso como John D. Rockefeller, y que mi periódico favorito, por ejemplo el Marca, confecciona un número especial para mí todos los días en los que el Atleti se proclame campeón de liga sin haber cedido ni un empate, o que Alonso se retira de la Fórmula 1 después de haber dado positivo por estúpido en un test de inteligencia... Sería maravilloso, lo reconozco, que la mentira fuera verdad por una sola vez y que resistir en el mundo libre no se convierta en la necesidad imperiosa de que nos engañen para poder ir a la tumba con la conciencia tranquila.

" She hates her life and what she's done to it

there's one more kid that will never go to school

never get to fall in love, never get to be cool

keep on rockin' in the free world..."

lunes, 19 de julio de 2010

NO LOS CREÁIS

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ISMAEL SERRANO. A LAS MADRES DE MAYO

Viendo el otro día el documental del periodista y director brasileño Roberto Mader, "Operación Cóndor", ese plan de coordinación de operaciones llevado a cabo, en las decadas de 1970 y 1980, por las dictaduras militares del cono sur -Brasil, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia- entre sí y la CIA de los EEUU para eliminar y aplastar cualquier movimiento opositor de izquierdas o revolucionario, me encontré con un poema que, salvando las distancias (sobre todo en el plano de la crueldad física), aunque fue escrito en aquella época y para unas determinadas circunstacias personales de tortura física y psicológica, bien podría valer para estos tiempos nuestros actuales, en los que desde el poder económico más inhumano y cruel, se intenta acabar con la libertad y derechos del individuo, la justicia y la democracia:
" Cuando os digan que no caí prisionero, no los creáis
algún día tendrán que admitirlo, creedme.
No los creáis cuando muestren una foto de mi cuerpo.
No los creáis.
No los creáis cuando os digan que la luna es la luna
- si es que os dicen que la luna es la luna-
que esta es mi voz grabada,
que esta es mi confesión firmada.
Si os dicen que un árbol es un árbol, no los creáis.
Y cuando finalmente llegue el día
en que os pidan que identifiquéis mi cadáver y me veáis,
y una voz os diga: "lo matamos,
el pobre diablo murió, está muerto"
cuando os digan que estoy completa y definitivamente muerto,
no los creáis, no los creáis, no los creáis..."

Ahora, igual que antes, es la democracia lo que está en juego. Es nuestra libertad y nuestra dignidad y nuestra vida la que está en juego. Habrá que abrir bien los ojos y no dejarse engañar, aprender de ejemplos y luchas pasadas y convencerse de aquello que Eduardo Galeano escribió: "no son monstruos extraordinarios. No vamos a concederles ese privilegio."

"Guían mis manos, su manos fuertes
hacia el futuro, hasta la victoria siempre."

miércoles, 30 de junio de 2010

QUIÉN GANA Y QUIÉN PIERDE

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PINK FLOYD. WISH YOU WERE HERE

Todo lo que se ha dicho y escrito sobre la Habana, es cierto. Todo lo que durante tantos años imaginé, inventé y soñé, es cierto. Toda la verdad oficial es cierta. Toda la verdad oficiosa es cierta. Aquí nadie se equivoca. Aquí todo es posible. Aquí hay embargo, hay corrupción, hay igualdad, hay necesidad, hay música, hay oscuridad y hay alegría, mucha alegría. Entonces, ¿quién gana y quién pierde?
Estuve 7 días en la capital de Cuba hace unas semanas y yo quería escribir sobre ella. Quería hablar del sol que te recibe nada más poner los pies en la tierra y que te empapa la piel de arriba a abajo, del primer atardecer que recorre el Océano poniendo los pelos de punta o de la primera noche en la plaza vieja, con sus boleros sonando por doquier y las terrazas llenas de gente.
Quería escribir que pasear por la Habana Vieja es, sin lugar a dudas, querer perderse, naufragar con todas las letras. De nada sirven las guías de la FNAC y las indicaciones de los camareros, los consejos de antiguos viajeros o los chismes de los más fatalistas: el barrio más antiguo de la Habana es oro puro que nadie quiere domesticar, la vida y su ensencia a lo largo de callejas y callejones, edificios suspendidos en el aire (y en el tiempo) por leyes más insondables que la gravedad, bares donde aún se huele la pólvora de afamados gángsters y la tinta de geniales escritores y la sensación, siempre presente, que no bastaría una semana, ni dos, ni mil, para poder descubrir toda su grandeza.
Quería escribir, desde luego, que cuando pisé el malecón, la ciudad me ganó ya para siempre. "El paseo del amor y el desamor" nos dijo un amigo cubano, y es, sin duda, una vez recorrido su muro de piedra agrietado por el océano, la mejor definición posible. Parece que toda Cuba estuviera allí: grupos de chavales cantando y bebiendo ron, parejas discutiendo y besándose, familias enteras alrededor de una guitarra y unos timbales, viejos pescadores tentando la suerte de un mar que los separa y acerca al enemigo, niños jugando entre las rocas... en fin, toda una ciudad frotando la lámpara de los deseos frente al mar que les da la vida.
Quería escribir, además, sobre la Calle 23 (o la rampa) y sus bares de música en directo con sus jineteras y sus repugnantes turistas-clientes; sobre la cantidad de murales y consignas revolucionarias adornando y aleccionando las paredes en ruinas, sobre que te ofrezcan un café y una silla en una casa o te inviten a comer un helado en la famosa Coppelia, sobre los puestos de tamales en la calle o los inolvidables mojitos...
Quería escribir, sin ninguna duda, sobre la escasez. Sí, la escasez en algunos restaurantes, en algunas farmacias, en algunas mercerías, en algunas tiendas... la escasez siempre material, eso sí, que nos les arruina la alegría, ni la música en la calle, ni la hospitalidad. No les arruina nada de lo que verdaderamente son, tan diferentes a nosotros, hijos de una sociedad ahíta de comodidades pero siempre enfurruñados, insatisfechos, cabreados.
Quería también, escribir, reflexionar, sobre esa falta de libertad relativa pero evidente; sobre las fallas de un sistema político de solidos principios pero terriblemente gestionado, que se resquebraja como las paredes de esta hermosa ciudad, a pasos agigantados, sin renovación posible, con su detestable CDR en cada barrio y una indolencia política que no hace justicia a su historia.
Y es que yo quería escribir sobre eso y miles de anécdotas e historias más, llegar a una conclusión, poder discernir quién gana y quién pierde con este sistema y esta maravillosa ciudad, tratar de encontrar una solución a mi contradicción personal, pero regresé a España, después de haber parado el reloj del tiempo una semana, y me ahogué, esta vez sin querer. Volví, que no es poco, después de haber estado en la Habana y todo me pareció extraño, superfluo, intranscendente. Volví y al cabo de unos días, un amigo me llamó y me dijo que Saramago había muerto:"se murió, el maestro se murió".
Saramago ha muerto. Todos salimos perdiendo.
Para el mejor, la mejor canción:
" How i wish, how i wish you were here
we're just two lost souls swimming in a fish bowl
year after year.
runnin' over the same old ground
what have we found?
the same old fears
wish you were here"

martes, 25 de mayo de 2010

NO VOLVERÉ A SER JOVEN


JULIETA VENEGAS. A CALLARSE

Eso es lo que pensé cuando escuché a este gobierno proponer sus medidas de recorte del gasto. Pensé que jamás volvería a ser joven y automáticamente recordé uno de mis poemas favoritos de Jaime Gil de Biedma:

"Que la vida iba en serio

uno lo empieza a comprender más tarde

-como todos los jóvenes, yo vine

a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería

y marcharme entre aplausos

-envejecer, morir, eran tan sólo

las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo

y la verdad desagradable asoma:

envejecer, morir,

es el único argumento de la obra."

No sé decir mucho más. Traidor, cobarde, mentiroso... son insultos que ya le dedican con mejor estilo periodistas de cualquier pelaje a nuestro presidente. Para los jóvenes no queda nada. Ideas, compromiso, esperanza, futuro son palabras huecas, cuencos llenos de nada, recuerdos de algo que nunca vivimos ni tocamos, tal vez en alguna línea salvable de un libro mediocre o en los acordes de algún cantautor famoso... poco más. Nunca volveremos a ser jóvenes porque nos lo han robado todo: el FMI, la UE, la Socialdemocracia, la Derecha, los Bancos... Ese es su gran delito y nuestra gran culpa.

A Callarse! les gritaba Neruda desde la más precisa de sus armas. A callarse les digo yo ahora, en un último intento por no envejecer, morir, antes de que finalice la obra.

lunes, 26 de abril de 2010

5 MINUTOS A SOLAS

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PANTERA. 5 MINUTES ALONE

Dame 5 minutos a solas. No es mucho. A veces es el tiempo estrictamente necesario para decidir que hacer con un voto, un verso, una ruptura o una vida entera.
Dame 5 minutos y verás de lo que soy capaz. Por ejemplo, no firmar un manifiesto a favor de la liberación de presos en huelga de hambre en Cuba ( o en contra), o dejar de ver las pelis en las que salga Willy Toledo y recitar en tono paternalista lo iluso, ingenuo e hipócrita que es ese artista de la "zeja" (por cierto, alguien debería decirle a los periódicos que él nunca apoyó esa campaña); también podría, a lo mejor, deducir de donde saca un político corrupto 3 millones de euros en una semana para eludir la cárcel, o por qué se ataca a un juez desde la extrema derecha y las instituciones de un país democrático sólo por querer hacer justicia; quizás deberían preguntarle a Raúl Castro o Silvio Rodríguez, ya que ellos y sólo ellos parecen los culpables de todos los males de este mundo.
5 minutos a solas. Más o menos, la duración de un cigarrillo o de una de mis canciones favoritas. 5 minutos para decidir si me apunto a tal o cual manifestación, si me significo en una u otra dirección, si me da más asco Rajoy o De Cospedal, Falange o Manos limpias, Intereconomía o La Gazeta, los 40 principales o europa fm.
En 5 minutos, verbigracia, decido la ropa que me pondré el sábado por la noche, el sitio donde cenaré y el pub donde me emborracharé; en ese tiempo resolveré formar parte una vez más de ese interminable ejército de subnormales que hacen cola en las barras y los aseos de una discoteca, que tratan de ser el más moderno, el más gracioso, el más guapo, el más imbécil... y en 5 minutos, tal vez, tendré una opinión sobre el aborto, el libre mercado, las tetas de la camarera y la "liga adelante" por ejemplo, o adoptaré la determinación de fumar menos, hacer deporte, visitar a mi abuela o dejar de votar comunista.
Sólo 5 minutos tardaron en despedirme. 5 minutos es lo que tardé en recoger mis cosas, despedirme de los compañeros, calmar la rabia. En 5 minutos pasé a formar parte de la legión de parados que asolan mi país modélico, avanzado, justo y democrático; en 5 minutos me convertí en víctima de pleno derecho de esta sociedad moderna llena de jóvenes estúpidos e indefinidos, lectores de basura mediática y hacedores de opiniones muy nuevas y muy propias, originales en todos los sentidos: arte, política, amor, religión... Víctima sí, de la nueva hornada de capullos que nos dirige en todos los ámbitos, elegidos a su vez por una generación de desagradecidos e iletrados que se esconde tras la fachada de la tolerancia y la libertad, con tal de poder llevar unos vaqueros molones y un flequillo a lo "beatle" a cambio de sentar al juez Garzón ante los que asesinaron a nuestros abuelos, convertir a un cubano llamado "Fariñas" en icono del progreso y dejar que las alimañas nos roben hasta el alma con tal de que nos dejen repartir los restos.
Dame 5 minutos a solas y verás de lo que soy capaz. Tan sólo 5 minutos para no olvidar la rabia, no comprender lo incomprensible, no tolerar lo intolerable, no aceptar lo inaceptable y no callar, aunque me despidan mil veces, aunque no me parezca a ti, aunque nunca me crea lo que digan un atajo de sinvergüenzas con corbata, aunque siga siendo comunista cuando ya no está de moda.
" You waged your war of nerves
but you can't crush the kingdom
Can't be what your idols are
Can't leave the scar
You cry for compensation
I ask you please just give us...
5 minutes alone
just give me
5 minutes alone"

viernes, 5 de febrero de 2010

CELEBRACIÓN DE LA CONTRADICCIÓN


NICK CAVE. INTO MY ARMS


Celebro la contradicción y me siento a escribir en este blog después de mucho tiempo.
Celebro el hecho de no olvidar, de seguir pensando en lo imposible cuando todo es posible, es decir, que un país entero se vaya a la mierda, que millones de euros florezcan de la nada para ir en su ayuda y que en sus fronteras las bajas pasiones trafiquen hasta con la miseria mientras las comisiones de la vergüenza, pidan perdón tras justificar su inevitable contradicción.
Celebro la atroz ocurrencia de querer llegar a viejo aún cuando nos quieran hacer currar hasta el infinito, aún cuando pretendan abaratar nuestros despidos (más?) y moderar nuestros salarios (más?) en pos de un estado más productivo y solvente (???), aún cuando se inventen alergias, pandemias, vacunas y recetas para mejorar el confort del ciudadano felizmente septuagenario, aún cuando hagan del amor un trasunto del miedo, una trinchera desde donde defender esta apacible autopista de pago por la que corremos como pollos sin cabeza, como el conejo del país de las maravillas de Alicia, sin dudar, respetando todas y cada una de las señales de peligro del viaje.
Celebro la poquedad del ser humano, su insignificancia ante tanto atropello, su desdichada estatura frente a los grandes titulares, esos que incendian el cielo para estallar en el suelo segundos después arrasando cualquier indicio de diferencia, de verdad, de vida al fin y al cabo.
Y celebro el humo que tú y yo respiraremos como verdaderos delincuentes, disidentes en un mundo impoluto, aséptico como un hospital, un universo blanco y finito lleno de carteles que piden silencio, donde la esperanza será lo que nunca tuvo que dejar de ser, una música cifrada y clandestina que tocarán las orquestas prohibidas en las esquinas por las que no se atreverá a pasar nadie

Roberto Iniesta decía en sus conciertos que le gustaba ser contradictorio, así cuando se equivocaba simpre tenía la razón; el maestro Galeano, menos macarra sin duda, lo dijo mejor en su celebración de la contradicción/2:
"De los miedos nacen los corajes; y de las dudas, las certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible y los delirios, otra razón.
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. La identidad no es una pieza de museo, quietecita en la vitrina, sino la siempre asombrosa síntesis de las contradicciones nuestras de cada día.
En esa fe, fugitiva, creo. Me resulta la única fe digna de confianza, por lo mucho que se parece al bicho humano, jodido pero sagrado, y a la loca aventura de vivir en el mundo."

Y como estos días no he parado de escuchar esta maravillosa y triste y contradictoria canción de amor de Nick cave, transcribo parte de su letra y me permito traducirla:
"I don't believe in an interventionist God
But I know, darling, that you do
But if I did I would kneel down and ask Him
Not to intervene when it came to you
Not to touch a hair on your head
To leave you as you are
And if He felt He had to direct you
Then direct you into my arms
Into my arms, O Lord
Into my arms, O Lord
Into my arms, O Lord
Into my arms"
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Yo no creo en un Dios intervencionista
aunque sé, cariño, que tu lo haces
Pero si lo hiciera, me arrodillaría y Le pediría
Que no interviniera en lo concerniente a ti,
Que no tocara un pelo de la cabeza,
Que te dejara tal como eres
Y si sintiera que tiene que dirigirte,
entonces que te dirigiera a mis brazos
A mis brazos, oh Señor
A mis brazos, oh Señor
A mis brazos,
oh Señor
A mis brazos