sábado, 26 de mayo de 2012

IDEARIO


EXTREMODURO.STANDBY

IDEARIO

"Me da vértigo el punto muerto
y la marcha atrás,
vivir en los atascos,
los frenos automáticos y el olor a gasoil.

Me angustia el cruce de miradas
la doble dirección de las palabras
y el obsceno guiñar de los semáforos.

Me da pena la vida, los cambios de sentido,
las señales de stop y los pasos perdidos.

Me agobian las medianas,
las frases que están hechas,
los que nunca saludan y los malos profetas.

Me fatigan los dioses bajados del Olimpo
a conquistar la Tierra
y los necios de espíritu.

Me entristecen quienes me venden kleenex

en los pasos de cebra,
los que enferman de cáncer
y los que sólo son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura
de los cuerpos perfectos,
las sirenas que ululan en las noches de fiesta,
los códigos de barras,
el baile de etiquetas.

Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,
el paso obligatorio, las tardes de domingo
y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran
a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico
y tanto sinsentido,
parado frente al mar mientras el mundo gira"


FRANCISCO M. ORTEGA PALOMARES

viernes, 25 de mayo de 2012

ANIMALES


THE CULT.FOR THE ANIMALS

Animales...
Ayer, un músico de 60 años y su madre enferma de alzheimer saltaron desde el tejado de un edificio de 5 plantas al vacío en Atenas, tras dejar una nota en la que explicaban que ya no tenían dinero, ni propiedades que vender, ni nada que comer. Grecia no es España, repiten una y otra vez desde el gobierno, pero todos somos animales: algunos son lobos o alimañas o hienas; otros sólo corderos a punto de ser sacrificados o especies salvajes en peligro de extinción.
Animales, en fin...
Esperanza Aguirre, la ínclita presidenta de la comunidad de Madrid, propone que se suspenda la final de la Copa del Rey si las aficiones de los equipos finalistas silban cuando suene el himno español, algo que le parece imperdonable, un insulto intolerable a los símbolos de la nación. Arturo Fernández, vicepresidente de la CEOE y presidente de la CEIM, ha salido inmediatamente en defensa de su amiga: si no les gusta que no jueguen. Rosa Díez, animal de rapiña como no hay otro, aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid y que su diputado asturiano se va a quedar con las ganas de gobernar, para criticar por enésima vez los nacionalismos periféricos y con una demagogia digna de estudio, se pregunta en voz alta: si no se sienten españoles, por qué juegan la Copa del Rey? Sí, ya sé, una quiere desviar la atención mediática sobre Bankia y las mentiras del déficit de Madrid, otro simplemente es imbécil y la última necesita salir en televisión tanto como un yonki una cuchara, así son en nuestro curioso "Amanecer Dorado" español, pero olvidan que todos somos animales: unos son zorros, buitres o sencillamente especímenes carroñeros; otros podemos ser como leones hambrientos, elefantes cabreados o toros embistiendo al trapo rojo del torero asesino.
Animales, ni más ni menos...
Y luego está el ministro Wert, tal vez el peor ministro de la democracia. No es ya su desastrosa reforma educativa, su elitismo académico o su desprecio hacia todo aquel con una opinión diferente. Es la mentira, esa forma tan vergonzante de manipular las cifras, los datos, la realidad. Es tan preocupante su enfermedad, esa que le llevó a falsear los textos de Educación para la Ciudadanía en un programa de radio, que pretende justificar sus medidas insostenibles con sentencias que, si no fueran motivo suficiente para obligarle a jugar a la ruleta rusa con un revólver, obtendrían el primer premio en un concurso de humor: aumentar la ratio para socializar mejor o subir las tasas universitarias para mejorar resultados, son sólo algunos ejemplos. El ex-contertulio ultraderechista no sabe que somos animales: él una larga y asquerosa serpiente venenosa; otros, irremediables y pobres ratones de laboratorio...
Al fin y al cabo, animales...
Eso somos: bestias de carga, perros hambrientos, tiburones insaciables, cerdos ignorantes, ovejas en un rebaño o reptiles mudando la piel; sólo huesos, instinto y pellejo...
Animales...

Desde hace cuatro días no dejo de escuchar el último disco de The Cult, una de mis bandas favoritas, y cada vez que me voy a dormir, se repite una y otra vez en mi cabeza el estribillo de su single de adelanto:

"Who you think it is for? - For the animals
What you tryin to prove?- To the untamed
Who you gonna burn?- The uneducated
It's not for you
Who you tryin to screw? - All the animals
Where you gonna turn?- To the untamed
What you tryin to prove?-You no paritcipating
it's not for you"

Que viene a decir algo así:
"Para quién piensas qué es? Para los animales
Qué tratas de demostrar? A los salvajes
Quién va a arder? Los incultos
Esto no es para ti

A quién tratas de atornillar? Todos los animales
Dónde los vas a llevar? A los salvajes
Qué tratas de demostrar? No participas
Esto no es para ti"

Animales, nada más y nada menos...






miércoles, 16 de mayo de 2012

DULCES SUEÑOS



MARYLIN MANSON.SWEET DREAMS
Leo "La Amada Inmóvil" de Amado Nervo en este mismo momento. Un libro pequeño, rojo, al lado del teclado, abierto por la página 126 donde leo el final de un poema que se llama Por miedo : "Y preferí, no vivir/que no es vida la presente/ sino acabar lentamente/ lentamente, de morir."
La Amada Inmóvil salió a mi encuentro ayer por la mañana, cuando paseaba aburrido entre los viejos estantes de la biblioteca municipal. Tenía tiempo por delante y empecé a hojear algunos ensayos políticos y otras cosas parecidas, incluso me dio tiempo a leer el primer capítulo de una autobiografía de Bob Dylan. Perdido entre diferentes títulos de Neruda, estaba este libro rojo de tapa dura que ahora leo y que, en ese momento, creí de autoría del poeta chileno. Me impactó el título interior, "La Amada Inmóvil. Versos a una muerta" y aún todavía más la historia que se contaba en su prólogo y su dedicatoria. Sin dudarlo, lo cogí en préstamo y salí al calor de la plaza y al ruido de las campanas de la iglesia adyacente, me senté y empecé a leer.
Ayer era 15M y yo estuve en la celebración que se hizo por la tarde en mi ciudad; un año ya de aquella manifestación a la que fui pensando que seríamos 20 ó 30, y acabamos juntándonos más de 2.000 personas. Creo que poco puedo aportar a todo lo que se ha dicho sobre el movimiento de los indignados, tampoco me importa mucho, los hechos ahí están a pesar de portadas fascistas como las de Paco Marhuenda en La Razón, al que directamente me gustaría encontrarme para golpearle. Poco también se puede decir de la represión y la brutalidad policial, si cuestionas el sistema este se defiende con todo su músculo, es algo esperable y hasta deseable quizás, tal vez si cambiar un sistema injusto fuera más fácil, cabría preguntarse que se está haciendo mal. Tampoco me interesan ya, todos esos que por comodidad o por interés, se mantienen al margen y pretenden vivir como si nada fuera con ellos, con esa prepotencia que les da la seguridad de no mojarse nunca (no siginificarse, como decían nuestros padres), y poder bailar igual con Dios que con el Diablo, eso ya lo explicó mejor Antonio Gramsci en su Odio a los Indiferentes. Siempre pasó, hay gente que nunca quiere enterarse de nada. Recuerdo un profesor de economía política que estuvo en Nicaragua en los 80, cuando lo de la Contra, y como me contaba que en Managua, la gente salía a cenar y a bailar por las noches, mientras a escasos kilómetros caían bombas financiadas por la CIA y morían por decenas, campesinos hambrientos y sandinistas desarmados. Siempre pasó, hay malnacidos que sólo saben cerrar los ojos para que nada perturbe sus dulces sueños.
Quizás por eso, la tristeza de La Amada Inmóvil me conmueve tanto. Conozco poco la biografía de Amado Nervo (no me apetece tirar de Wikipedia) pero lo imagino, si todavía viviera, en pleno 15M empuñando un megáfono y retando a la policía; alguien que escribe con tanta pasión y tanto dolor por la ausencia de un ser querido, jamás podría cerrar los ojos para que nada perturbara sus dulces sueños.
La Amada Inmóvil se publicó una vez muerto el poeta mexicano y junto con el manuscrito de la obra, se encontró un sobre con el título "Días memorablemente tristes", en cuyo interior se hallaban las hojas de un almanaque, desde el 17 diciembre de 1911 hasta el 8 de enero de 1912, donde se narraban desde el primer hasta el último día, la enfermedad de su mujer y posterior fallecimiento. Especialmente desgarradora es la inscripción del día 17: "Último domingo que anduve con Anita en la calle". Al día siguiente cae enferma y el escritor va anotando todos los días los pormenores de su evolución (en la mayoría, sólo anota "grave" o "enferma") hasta llegar al sábado 6 que escribe: "Noche de agonía. La más espantosa de mi vida", para acabar certificando su muerte en los días posteriores.
Sentado en la plaza, leo la dedicatoria: "EN MEMORIA DE ANA. Encontrada en el camino de la vida el 31 de Agosto de 1901. Perdida - ¿para siempre?- el 7 de Enero de 1912" y me estremezco al leer ese interrogante. La esperanza, pienso, necesitamos una esperanza. ¿Para siempre? me pregunto yo entonces: perdida ¿para siempre?; y me levanto y comienzo a andar con la seguridad que da la incerteza de este mundo, con todo el dolor de "La Amada Inmóvil" reforzando la esperanza, y con la lacerante convicción de que jamás podré cerrar los ojos para que nada perturbe mis dulces sueños.

"Sweet dreams are made of this
Who am I to disagree?
Travel the world and the seven seas
Everybody's looking for something
Some of them want to use you
Some of them want to get used by you
Some of them want to abuse you
Some of them want to be abused "

lunes, 7 de mayo de 2012

TAL VEZ

ISMAEL SERRANO.SI SE CALLASE EL RUIDO

La chica se llama Yasmina (se escribe así?) y la primera vez que reparo en ella está sentada sola en las escaleras. Es curioso, pero ahora cuando escribo, recuerdo que mientras salía de la comisaría un policía la llamaba por su nombre, pero no es por eso por lo que lo sé, sino por la cantidad de veces que se lo repite gritando un sindicalista de profesión enfermero, minutos después para evitar que pierda el conocimiento.
Yasmina está sentada en las escaleras como decía, sola, con un pañuelo que le cubre la cabeza y está embarazada. Este dato también lo descubro minutos después; no sé quien me lo dice, tampoco podría afirmar porqué lo dice, igual son sólo conjeturas de todos aquellos que ven como una chica árabe, joven, de repente se desploma.
Yasmina, continúo, está sentada en las escaleras de la comisaría, a pleno sol, en pleno mediodía, y la primera vez que reparo en ella se está desplomando lentamente por los escalones de piedra; un peso muerto que no grita, que no emite ningún sonido mientras cae, simplemente se deja llevar, como cualquiera de nosotros hemos hecho tantas veces jugando con las olas del mar, en la orilla de una playa.
Pero Yasmina no está en una playa de arena, esto es la puerta de una comisaría y el suelo es de cemento. Afortunadamente, una persona situada cerca de ella, la coge antes que golpee su cabeza contra el hormigón, e inmediatamente el sindicalista-enfermero toma las riendas y ordena que la lleven a la zona donde da la sombra, que alguien le ponga las piernas en alto mientras él le coloca la cabeza de lado para que no se trague la lengua. Los dos policías tardan una eternidad en llegar, su lentitud es todavía más inexplicable sobre todo cuando, desde el primer momento que Yasmina se desmaya, están justo a su lado; trato de recordar fielmente sus movimientos y los veo siguiendo el desmayo como a cámara lenta, dubitativos, sin saber qué hacer, parece que para esos casos nadie les ha explicado el protocolo.
Mientras la diputada de Esquerra Unida, que había venido para apoyar a todos los integrantes del partido que estaban declarando, le mantiene las piernas en alto a Yasmina, uno de los dos policías se decide a llamar una ambulancia, aunque siguen muy quietos, hieráticos casi, justo al lado donde el sindicalista-enfermero grita el nombre de la chica y le propina serios guantazos para que no se duerma. Su compañero, también de CCOO, mira para otro lado mientras sujeta el cuerpo y Yasmina, de repente se pone a temblar.
Intento acercarme y le doy pañuelos y agua al compañero de CCOO que no quiere ver las convulsiones de Yasmina; alguien me dice que probablemente sea un ataque epiléptico y cuando levanto la cabeza hacia ese par de policías que se mantienen de pie con los brazos cruzados, para exigirles que hagan algo, la primera compañera de Esquerra Unida que ha sido interrogada, aparece, después de una hora, por la puerta de la comisaría. Cabreada y un poco desconcertada, al principìo no acierta a decir nada, imagino que para ella no debe ser fácil: acaba de ser acusada de un delito de coacciones sin ninguna prueba, le han dejado en libertad con cargos a la espera de juicio, la acaban de fichar, le han tomado las huellas, le han hecho una foto en un calabozo y le han asegurado que está en libertad poque ellos quieren, y de repente ve a todos sus compañeros atendiendo a una chica árabe que se convulsiona en el suelo, mientras dos policías observan indiferentes la escena y una televisión local le asalta apresuradamente, como si de esa declaración, de ese micrófono que vuela por los aires, dependiera el futuro de la cadena.
Yo fijo mi atención en Yasmina; parece que ha dejado de temblar y acepta el agua. Abre los ojos y mira alrededor, mientras el sindicalista-enfermero sigue hablando con ella para tranquilizarla y la diputada que le mantiene los pies en alto se seca las lágrimas, creía que se iba a morir, me confesará más tarde, cuando ya todos los acusados han sido interrogados e imputados por algo que no han hecho, y la rabia no nos deja pensar con claridad y ella trata de tranquilizarnos, no preocuparos, nos dice, no podrán con nosotros, nos repite.
Finalmente llega la ambulancia. No sé que ha tardado,15 ó 20 minutos, sólo recuerdo que cuando los funcionarios-enfermeros llegaron donde Yasmina trataba de incorporarse, sólo quedaba un policía, aunque no dijo nada, de eso se encargaron el sindicalista-enfermero y su compañero de CCOO, ellos la han cuidado y quizás, le han salvado la vida.
Todavía esperamos más tiempo en la puerta de la comisaría. Hoy declaraban 5 compañeros, mañana otros tantos, y así hasta 18, de momento, me recuerda alguien. Yasmina estará en el hospital, probablemente le estarán haciendo pruebas. Nunca sabré si estaba embarazada o si los temblores se debían a un ataque epiléptico; nunca sabré nada más de ella: que hacía en la comisaría, que edad tenía, de que país era, si su marido la esperaba en algún lugar al que ella ya llegaría tarde, si trabajaba, si la iban a expulsar del país... nos dio lo mismo, no dudamos un instante; ninguno de los que estaba allí esperando ser interrogados por la policía tuvo el menor atisbo de incertidumbre, no lo pensamos dos veces.

Tal vez Yasmina recuerde eso. Y tal vez se sepa. Tal vez, algunas personas de bien, se pregunten por qué. Y entonces, sólo tal vez, el mundo deje de ser este asqueroso nido de gusanos en que se ha convertido.

"Ruido de iluminados, gritan desde sus hogueras
que trae el fin del mundo la luz de la diferencia.
Ruido de inquisidores, nos hablan de libertades
agrietando con sus gritos su barniz de tolerantes.

Nunca pisa la batalla tanto ruido de guerreros,
traen de sus almenas la paz de los cementerios.
Háblame de tus abrazos, de nuestro amor imperfecto,
de la luz de tu utopía, que tu voz tape este estruendo."