sábado, 16 de julio de 2011

MI DOLORES


METALLICA. EYE OF THE BEHOLDER

En la ciudad donde vivo las últimas elecciones municipales las ganó el Partido Popular. Desde los primeros comicios de la era democrática, hace ya 32 años, en la ciudad donde vivo siempre había ganado dichas elecciones el PSOE, gobernando ininterrumpidamente desde entonces unas veces en solitario y otras con la ayuda de otros partidos de izquierdas. El pasado 22M, como casi en la totalidad del resto del estado español (la ciudad donde vivo nunca ha sido muy original) esto cambió, y el Partido Popular de la ciudad donde vivo ganó estos últimos con mayoría absoluta. Hasta ahí todo normal, casi predecible con la que estaba cayendo a nivel nacional, y para los que no nos resignábamos a elegir entre lo malo y lo peor, casi un resultado deseable, si no fuera porque los buenos (para mí, claro está) en la ciudad donde vivo no mejoraron resultados anteriores y se quedaron fuera del consistorio.
Pero, en fin, como decía, todo más o menos predecible, esperable (¿el adjetivo existe?), hasta que la señora que dirige dicho partido en la ciudad donde vivo, se puso el traje de faena (el mismo de su investidura, que fue el mismo de la comunión de su hijo, que la austeridad empieza por una misma, di que sí) y sacó lo mejor de sí misma y de sus asesores (por ejemplo su hermana, 3000€ al mes, por lo de la austeridad, di que sí) y se puso a cambiar el callejero a diestro y siniestro, así, sin anestesia ni nada, y como si el Guadalquivir pasara por Moscú (dicha afirmación la escucharon mis orejas en uno de esos programas que presenta Jordi González) lo que antes era Avenida del País Valencià ahora es de la Comunidad Valenciana o lo que en días pretéritos fue la Avenida del Ferrocarril, ahora luce el nombre del último alcalde franquista de la ciudad donde vivo (Vicente Quiles Fuentes se llamaba el individuo, lo apunto por si algún posible lector tuviera un familiar que fuera encarcelado injustamente o asesinado y abandonado en alguna cuneta), sólo por poner algunos ejemplos.
Pero sin lugar a dudas lo que más ha dolido, el cambio de denominación que ha hecho que las izquierdas de la ciudad donde vivo (las de veras, no las que rescatan bancos o privatizan aeropuertos) hayan puesto el grito en el cielo, ha sido el del jardín de Dolores Ibárruri, "La Pasionaria" (tiemblan las teclas del ordenador cuando escribo su nombre) con retirada de monolito incluido, por el de "Jardín de la República Argentina", según el equipo de gobierno que me gobierna (si la contradicción es admisible), debido a que Dolores Ibárruri, "La Pasionaria" (me tiembla el pulso cuando tecleo su nombre) no tiene nada que ver con la ciudad donde vivo, vamos que no nos representa (al fin y al cabo como ellos, pero eso es otra historia).
La verdad, dicha sea de paso y así un poco de puntillas, yo no sabía a ciencia cierta donde se erigía tan bello jardín para tan enorme personaje (el temblor me impide escribir su nombre) hasta hoy, cuando las izquierdas de la ciudad donde vivo (las de veras, no las que congelan pensiones) se han unido para protestar por tan infame decisión. Así que allí estábamos, alrededor de 200 personas, con banderas republicanas y fotos de la agraviada (sigo sin poder volver a escribir su nombre) marchando sobre la ciudad coreando consignas y cantando la internacional (con horror he descubierto que sólo me sé los dos primeros versos y el estribillo, como si de una canción de Juanes se tratara), con el único objetivo de demostrar a la alcaldesa de la ciudad donde vivo (la misma que dona su sueldo a la "casita del reposo" y cede edificios públicos a empresas del OPUS, por lo de la austeridad, di que sí) que no queremos fascistas en nuestros ayuntamientos.
Mientras caminaba entre personas de edad avanzada bastante emocionadas y chavales llenos de energía y mala baba, pensaba en esa mujer, irremediablemente de negro, su pelo canoso recogido en un moño, repetido hasta la saciedad en las fotos, con todas esas muertes en su familia casi desde que empezó a respirar, símbolo de lucha y superación, de resistencia. Mi Dolores es un libro de Almudena Grandes, el "no pasarán" del Madrid del 36, o una foto maravillosa en un periódico, bajando del brazo de Rafael Alberti los escalones del Congreso de los Diputados en el 77. Que me perdone la alcaldesa de la ciudad donde vivo, pero Dolores Ibárruri, " La Pasionaria" (tiembla la casa cuando digo su nombre), ya estaba en estas calles cuando yo empezaba a patearlas, y en todas estas personas que caminan a mi lado, y en todas las luchas que nos acompañan y que nos quedan, y en todos esos ayuntamientos democráticos, que desde hace unos días se llenan de mequetrefes, mediocres con complejo de inferioridad y sed de venganza, que lo único que pretenden con su mezquindad es borrar la memoria, pero que nunca conseguirán representarnos, ni mucho menos cambiar la historia y sus protagonistas.
En fin, el caso es que terminada la manifestación y ya de vuelta a casa, mientras mi pareja hacía comparaciones burlonas entre la alcaldesa de la ciudad donde vivo y Dolores Ibárruri, "La Pasionaria" (tiembla el mundo ahí afuera), yo, y sin saber muy bien por qué, le daba vueltas mentalmente a una canción de Metallica que se llama "eye of the beholder" y que nada tenía que ver con lo que acababa de acontecer. Como este blog va de eso, de canciones y política, o de canciones que hacen pensar o de pensamientos que llevan a canciones, recién llegado a casa busqué la letra de dicha tonada (joder qué palabro, ni que estuviera hablando de Paco Ibañez) y me encontré con esta agradable sorpresa en sus primeros párrafos:

"Do you see what I see?
Truth is an offence
you silence for your confidence.
Do you hear what I hear?
Doors are slamming shut.
Limit your imagination,
keep you where they must"


o traducido, algo así:

"¿Ves lo que yo veo?
La verdad es una ofensa
que silencias por tu seguridad.
¿Oyes lo que yo oigo?

La puertas se han cerrado de golpe.
Limitan tu imaginación,
te mantienen donde ellos imponen.



Mi Dolores no es un jardín en una avenida de la ciudad donde vivo.

No podrán con ella, no podrán con nosotros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario