jueves, 29 de octubre de 2009

A DÓNDE VAMOS AHORA


GUNS N' ROSES. SWEET CHILD O' MINE

Hoy sólo quiero hablar de esta canción. Decir, por ejemplo, que su riff de guitarra ha resonado en mi cabeza miles de veces, que me emociono cada vez que la escucho, que es una de las mejores canciones de hard rock que se han compuesto jamás. Puedo contar que apenas tenía 11 años cuando la oí por primera vez, que quise tatuarme los brazos, dejarme crecer el pelo, vivir al margen de la ley. Empezaba entonces a soñar despierto como un idiota hermoso, a preguntarme ciertas cosas que escapaban a mi entendimiento, a rebelarme sin saber muy bien por qué y contra qué, a dudar de todo, a ser maravillosamente adolescente. Quizás su letra con un punto hortera o más bien cursi (como la mayoría de las mejores letras) o su contundencia musical, o a lo mejor mi estado de embriaguez juvenil, mi hambre de vida ("como todos los jóvenes, yo vine a llevarme el mundo por delante" dijo el poeta) o tal vez, sólo tal vez, una necesidad precoz de buscar explicaciones por cauces "distintos", el caso es que esa canción me dijo más de mí mismo, que cualquier otro hecho hasta ese momento.
Hoy, casi 22 años después, me sigue hablando de la misma manera. Desde entonces habré escuchado cientos y cientos de canciones más, algunas muy buenas, otras buenas y casi todas peores; desde entonces mi vida ha girado infinitas veces (me dejé el pelo largo, no viví al margen de la ley) e infinitas veces volvió a su punto de partida; una canción, es sólo una canción, lo sé, pero tanto tiempo después continuo preguntándome: "where do we go? where do we go now? where do we go?"
mi dulce niña, mi dulce amor....

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